¿Sabías que podemos mejorar nuestro estado de ánimo gracias a una alimentación sana? Seguro que no es la primera vez que lo oyes, pero quizá no lo tengas tan en cuenta como deberías.
Aquellos alimentos que activan nuestros neurotransmisores como podría ser la serotonina, endorfinas, noradrenalina, dopamina, etc. intervienen e influyen en nuestros estados de ánimo, controlan la ansiedad, irritabilidad y el estrés que sufrimos e incluso pueden prevenir futuros estados depresivos, además de mejorar nuestra tolerancia al dolor y el sueño.
En los años ochenta, un grupo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets, estudiaba la relación directa que existe entre la felicidad y la comida, demostrando finalmente que en lugar de medicamentos antidepresivos era mucho mejor ingerir un buen puñado de ricas cerezas por su excelente aporte de nutrientes. Algo que el nutricionista Miguel Ángel Almodovar explica en su libro “Mood Food. La cocina de la felicidad” en el que nos insta a seguir una alimentación sana gracias a los alimentos que facilitan un buen estado anímico.
Pero ¿qué podemos hacer para mejorar nuestro estado de ánimo?
Para empezar debemos tener en cuenta que la dieta de la felicidad existe y es perfectamente compatible con perder peso, pero con la cantidad de calorías adecuada, ya que el tener hambre provoca que las personas irritabilidad además de hacer que se encuentren depresivas.
Esta famosa dieta de la felicidad se basa principalmente en verduras, pero incluye carne y pescado además de carbohidratos, algo que sin duda es importante.
Para conseguir una alimentación sana, fuente de la eterna felicidad, debemos favorecer la ingesta de alimentos que favorezcan la producción de neurotransmisores como la serotonina, endorfinas, noradrenalina, dopamina y demás, evitando la ingesta de catecolaminas.
Existen una serie de compuestos que hacen que nos encontremos más felices, entre ellos se encuentra el triptófano, tirosina, fenilalanina, vitamina C, grupo de vitaminas B, fósforo, magnesio, zinc, ácidos grasos Omega, hierro y demás. Presentes en diversos alimentos sanos, siendo quizá los más conocidos las almendras, nueces, dátiles, ajos, champiñones, espinacas, cereales integrales, brócoli, aguacates, plátanos, manzanas, piñas, fresas, frutos secos, chocolate negro, aceite de oliva, levadura de cerveza, etc. Mejor si los consumimos en su propia temporada, ya que es el momento en el que poseen más sabor, vitaminas y nutrientes.
En alimentos con origen animal, podemos consumir carnes magras (excepto las carnes rojas), y pescado como las sardinas, caballa, bacalao, etc.
Por el contrario, debemos evitar la ingesta de excitantes tales como el café, té, destilados, quesos curados, carnes rojas, etc. ya que provocan nerviosismo. Y por supuesto, todo lo relacionado con la bollería industrial, demasiado rica en grasas trans y alimentos precocinados, rico en conservante glutamato monosódico (E-621) que inhibe la sensación de saciedad, por lo que está demostrado que favorece el aumento de peso.
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