La contaminación cruzada en alimentos se produce cuando un alimento entre en contacto con sustancias ajenas, habitualmente nocivas para la salud del consumidor, como bacterias peligrosas y perjudiciales. Un ejemplo muy habitual de contaminación cruzada de alimentos es cuando contactan la sangre de la carne con alimentos cocidos. La sangre de carne cruda, en algunos casos, puede contener peligrosas bacterias.
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La contaminación cruzada directa se genera de un alimento ya contaminado, habitualmente crudo, consigue contactar con otro alimento todavía sin contaminar, muy a menudo cocinado. Es la contaminación más frecuente y más difícil de controlar. Un ejemplo muy típico de contaminación directa es cuando llega a gotear el líquido de descongelación de la carne, cayendo sobre otros alimentos que también se guardan dentro de una nevera. Otro ejemplo también demasiado frecuente es cortar el pan con un cuchillo que justo antes a fileteado carne cruda. Y seguro que te habrás fijado en el etiquetaje en los envases de alimentos procesados, cuando no se responsabilizan de la posibilidad que un determinado alérgeno, procedentes de otro alimento distinto al envasado, pueda estar presente en las mismas instalaciones, contaminando el producto original.
Las personas celíacas deben llevar una estricta dieta libre de gluten, sin trigo, sin avena, sin cebada y sin centeno (TACC). Muchos alimentos no contienen gluten, peró sí que lo contienen. ¿Cómo es posible? Sucede que loa alimentos, como por ejemplo el helado, se prepararon en recipientes que antes fueron usados con harinas. Por ejemplo, en una fábrica de pasta fresca puedes estar amasando los fideos en un recipiente donde más tarde se hace una salsa. A pesar de que la receta de la salsa sea completamente libre de gluten, puede verse afectada por contaminación cruzada.
Como la contaminación cruzada se produce por la transferencia de bacterias perjudiciales de un alimento a otro, la mayoría se eliminan durante el proceso de cocción, o al lavar las frutas y verduras que vayas a utilizar.
Algunos consejos pueden ser separar las carnes crudas de los alimentos cocidos, o que estén listos para ser consumidos. Antes de empezar a cocinar, lavarte siempre las manos con agua y jabón. Después de manipular alimentos crudos, como la carne cruda, y antes de manipular alimentos cocidos o listos para consumir, debes volver a lavarte las manos con agua y jabón.