La sangría es una de las bebidas españolas más conocidas en todo el mundo. Es la bebida alcohólica y refrescante más popular entre la multitud de turistas que nos visitan cada año durante la época veraniega, cumpliendo plenamente el tópico del “typical spanish”.
Aunque la denominación de origen de la sangría, según las leyes de la Unión Europea, sólo pueda producirse en España y Portugal con esta denominación, es muy popular y consumida también en Argentina, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay.
Receta original de sangría. Ingredientes:
- Una botella de vino tinto, como líquido base.
- Azúcar. Preferentemente, que sea en forma de almíbar.
- Un limón, pero sólo su zumo.
- Una naranja, pero troceada, no su zumo exprimido.
- Fruta de temporada. Habitualmente, dos melocotones.
- Hielo. ¡Fundamental! La sangría debe servirse muy fría para ser bebible.
- Una botella de gaseosa, que añadiremos justo antes de servir la bebida.
En el Principado de Asturias, por la popularidad de la sidra, es muy habitual cambiar la base de vino tinto por una botella de sidra.
Variantes a la clásica receta de sangría.
- Sangría de sidra.
- Sangría de cava, frecuente sobretodo en Cataluña.
- Sangría blanca, sustituyendo el vino tinto por vino blanco.
- Sandría sin alcohol, para quienes después deban coger un vehículo y conducir.
- Sangría de brandy.
- Sangría con canela, aunque hay muchas personas a las que no agrada el sabor que resulta al mezclar.
- Sangría con piña.
- Sangría con plátano.
- Zurra, si se opta por aguardiente u otros alcoholes fuertes que aumenten su graduación.
La sangría se presenta en una jarra transparente, que muestre la fruta macerada, junto a varios cubitos de hielo para refrescarla. Idealmente, además, la jarra debe ofrecer un cuello que permita servir el líquido y, al mismo tiempo, retenga la fruta y evite que caiga sobre los vasos o las copas.